La cultura popular criolla y afroperuana reconoce en núcleos familiares importantes la posibilidad de su continuidad.
"Todas mis canciones tienen un por qué. Son vivencias que han pasado, cosas verídicas que ha sucedido en la hacienda, en mi pueblo. Son cosas que yo he vivido o que mis antepasados o gente de mi pueblo me han contado." "Yo la he rearmado y he hecho canciones con parte de mi vida."
Caitro Soto
Alicia Maguiña y Oscar Aviles Todo me habla de ti 1959
Remontándonos en la historia, concluiremos en que la música hecha por los negros es el antecedente principal del criollismo.
El vals vienés, muy de moda cuando llegó a los barrios populares limeños de la segunda mitad del siglo XIX, se convirtió en dichos lugares en valses-canción, a finales de la misma centuria. El criollo de ese entonces le volcó sus penas y alegrías, las cantaba y las bailaba.
Los valses más antiguos, de fines del siglo XIX y principios del XX, se reconocen como valses de la "Guardia Vieja".
El trabajo artístico de Felipe Pinglo Alva, da inicio a otra etapa en la historia del vals criollo; con sus valses y composiciones en otros géneros enriquecieron la cultura musical limeña, fusionando elementos musicales del lenguaje musical local con otros correspondientes a los géneros musicales que se escuchaban por la radio y que se apreciaban en el cine.
Es el valzer el padre de la música criolla
A principios del siglo XX , corría un manantial que no estaba formado por agua, si no más bien por notas musicales.
Guitarras, Cajones, Castañuelas y hasta Cucharas, acompañaban el fervor de buenas personas que sólo daban un sentido a sus vidas ...que era.... Jaranearse.
Ese torrente vigoroso que hacía vibrar pies y corazones en seis puntuales días de jarana, un poco antes de la mitad del siglo pasado, se hizo un estilo de vida.
La jarana hiba acompañada por la comida.
En esos días interminables, las mujeres de los jaranistas cocinaban en sucesivas ofrendas. Y de la cocina se pasaron a la sala, donde cantaban los que sabían y dieron sus primeros trinos.
La novedad entre 1935 y 1956, fueron los radios que programaban música criolla en Vivo. Familias enteras sintonizaban esas audiciones.
Cómo el género había nacido del pueblo, muchas letras se cebaban en el tema de la pobreza y sus incomodidades.
Para la decada de los cincuenta, la música criolla ya tenía su sitial en la televisión. Eran historia los albores en blanco y negro, esas audiciones en vivo que hacía el bisoño Canal 4, con el nombre " Festival de la Canción Criolla ", " Bar Cristal ".
La pantalla ya formaba estrellas.
Con la década del sesenta aparece otro fenómeno: las peñas comerciales. Pretendían ser herederas de los viejos solares donde los criollos se reunían para exponer su arte en grande. Algunas recuerdan a las originales, como la Peña Yufra en el distrito de La Victoria, una pequeña fonda que vendía Pisco y algunos tentempiés, un refugio de los músicos.