Antecedentes
 
 
 

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La epopeya
Villa como laboratorio de una sociedad socialista

 
 
 
Historia de una ciudad: Villa El Salvador, Lima - Perú
Construcción
Crisis
Modernidad?
La epopeya
1971
la invasion de Pamplona
el pamplonazo
el traslado a las pampas de la Tablada de Lurin
Con las palabras
de un Vecino dirigente
 
Al sur de Lima, de la ciudad “jardín”, en extensa soledad; donde el silencio se satura de arena y la lluvia se resbala en su estación; donde el viento agita su timidez y es nubloso el cielo; donde los alacranes y lagartijas andan sueltos y nadie los detiene; donde el mar sacude el aire con sus olas, juega con su espuma y no encuentra horas para irse; donde solo hay arena y más arena, y no existen piedras ni árboles; y solo, el sol dibuja sombras en el horizonte.

Camino obligado de antiguos devotos al centro de Pachacamac, escenario de cruentos combates, testigo y sostén de heroicos defensores de la Patria herida. Donde reverdecen las malvas silvestres y se aprisionan caracoles y conchas fosilizados, como prueba de un pasado lejano. Donde quedaron perdigones y morteros, escupidos por fusiles y cañones. Protegido por el “Lomo de Corvina”, el cerro el “Papa”, el “Zorro” y el “Lagarto.” Reclamada sin razón por supuestos “ Yanacones”,deseada por chancheros y traficantes de terrenos.

Allí, se encuentra el arenal, que hoy, llamamos Villa El Salvador.

Árido y extenso; como esperando a la gente, para acogerla pacifica y maternalmente; reservándose en el tiempo. Como si necesitara de la gente para existir, tanto como la gente la necesita para sembrar sus viejos sueños.

La gente cual colmena de abejas ajetreadas, con sus atados al hombro van dejando rastros profundos sobre la arena mojada; buscan el lote en medio de tantas chozas iguales, de palos y esteras. Transitan acumulando pensamientos y preocupaciones; familiarizándose con la gente que encuentra a su paso.
Las familias atraídas por la ilusión de tener unos metros de arena; arrastran a los hijos o los llaman a gritos con los nervios a flor de piel. Están cansados, pero siguen caminando, están apurados y tienen hambre.
Hombres y mujeres, seres que buscan; que demandan, que preguntan y ansían compartir. Gente de piel cobriza y curtida; ocupada haciendo esto y aquello. Que comparten ya el mismo suelo. Seres unidos por la esperanza de un hogar. Seres que aspiran la felicidad de sus hijos.

Sobre la arena húmeda se enciman las huellas sobre las huellas del que busca la estaca que señala su lote, del que va en busca de trabajo, del que disimula las carencias, y del que finge alegría al visitar al paisano que va llegando. No faltan las palabras de aliento y de consuelo, que normalmente acompañan en los instantes de incertidumbre, del recién llegado.
Mitigan el dolor con palabras de consuelo. Comparten las plegarias que no tienen respuestas. Se emparientan con quien recién se conoce, y se cambian los nombres de pila por la de “vecino” al saludarse.
Le roban tiempo al tiempo para dar rienda suelta a un sinnúmero de celebraciones de antiguas creencias. Se reúnen para compartir la alegría y para saborear potajes típicos. Inundan el aire con canciones que parecen tristes, y llenan los corazones de recuerdos.

Unifican la nueva vecindad, en un aliento común.
Desatan los instrumentos nativos, le soplan vida en sus entrañas y hacen notas del recuerdo; del terruño añorado que quedo muy lejos, de los ancianos padres que esperan noticias; del viento que silva en los nevados, del que canta en los valles, del que juega en el desierto, y del viento que se esconde en la exuberante selva; y entre cantos y suspiros van enlazando querencias viejas con amores nuevos. Van acomodándose bajo el mismo sol, sobre el mismo suelo y bajo el mismo anhelo.

Conforme se acentúa la confianza y los rostros se van haciendo conocidos, se estrecha la vecindad y la solidaridad se extiende sin fronteras. En faenas que se repiten los domingos por las mañanas se establecen relaciones y se comparten los consejos y recetas de los abuelos. Se reúnen y se iluminan con candiles o mecheros a kerosén en las noches de invierno, y con luz de luna o de sol en el verano; casi siempre los domingos y feriados, y también, los demás días, en horas de la noche hasta muy tarde. Con mantas y polleras gruesas, coloridas, se protegen de la humedad y del frió que amenaza. Esquivan al sol en la sombra de la choza, y también van tras el viento que se lleva las esteras de los techos.

Por donde quiera que caminen, por la mañana temprano; tropezándose con los cilindros que aguardan el agua; con las gotas de lluvia resbalándose por la espalda, o con el sol que amanece alegre; la gente se apresura a los paraderos para subirse a los vehículos en plena marcha.

Los perros ladran a la menor provocación; las familias discuten e inventan excusas de mala manera, dentro del hogar; alguien afuera gasta una broma mientras se bebe una chicha o un anís de mono; y de lejos, vienen voces desesperadas llamando al hijo que se extravió del hogar, mientras otros prenden velas, rezan padres nuestros y se prodigan palabras de consuelo.

Conforme van tomando forma y se alinean las casas, la gente le ponen nombre a las calles; de plantas que alimentaron su niñez, o abanicó su cansancio; de los pueblos que abandonaron sin querer. Hasta los cerros que no son muy altos, que no tienen verdor, y que no tienen nieve; los bautizaron con los nombres que les trae recuerdos.
Los lideres, antes que se disuelva el entusiasmo de los recién llegados, se apresuran a trabajar propuestas para el cambio radical; propuestas que no se queden en las formas; que no sea superficial o tradicional; propuestas para forjar hombres con actitud nueva frente a la vida; con ideales y con voluntad de hierro; que sean capaces de hacerlo todo, responsables y solidarios.
 
   
 
En el primer sector, Gallarday, Arce, Pizarro, Roa, Masias, Janampa, Valdivieso, Yarleque, Vallejo, y otros 40 promotores capacitados por SINAMOS, influenciados por gente que viene de Lima, se pasan las noches en la capilla del padre José, elaborando una propuesta integral para hacer la vida más llevadera. Programar el futuro es la consigna, para que no se repitan los problemas, bajo el paraguas de un proyecto cooperativo, inspirado en la experiencia de un viejo partido. Todo es nuevo y todo es bueno para estos bisoños en política y aspirantes a ser dirigentes de este sector.
     
 
Los líderes con experiencia sindical y política, curtidos en las luchas campesinas y urbanas, como el Chango Aragón, Apolinario Rojas, José Bautista, Panduro, Palacios, Vera, Nicho, Ravello, Pastor, Barrenzuela, Jaramillo, y otros tantos del segundo, tercero, y sexto sector; promueven entre la gente un proyecto de autogestión y autogobierno comunal; totalmente distinto a todos modelos que existía en los pueblos formados alrededor de Lima. Propuesta que apunta a cambiar el entorno próximo y lejano, donde todos deben ser, parecer y poseer las mismas cosas, hacer la vida en solidaridad, y garantizar el desarrollo humano, el mejoramiento colectivo y político del ciudadano.
Ambos bandos a veces por separado y otras juntos hasta antes del 73, confrontan sus propuestas, y se esfuerzan en convencer a los menos optimistas; a los que no tienen ideales ni aspiraciones de futuro, y que solo quieren unos metros de suelo para construir su vivienda, a los que se ganan la vida promoviendo invasiones y traspasando lotes, para que compartan las propuestas y las tareas que demanda construir la sociedad que se quiere.
 
Para saber mas:
El General Juan Velasco Alvarado
 
El terremoto de Ancash
Juan Francisco Velasco Alvarado nació en Piura el 16 de Junio de 1909 en el seno de una familia trabajadora. En 1929 abandonó Piura y se incorporó al Ejército como soldado raso, sin embargo, gracias a su dedicación y empeño, pudo ingresar a la Escuela de Oficiales del Ejército.
En 1965 ascendió a general de división y en 1968 asumió la Comandancia General del Ejército y la presidencia del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú.
Cuando ocupaba este cargo, el general Velasco lideró un golpe de Estado que derrocó al presidente Fernando Belaúnde Terry, el 3 de octubre de 1968, formando así un gobierno de tendencia socialista.
Estatizó los diarios y canales de televisión, nacionalizó el petróleo e hizo una reforma agraria eliminando los terratenientes y las grandes haciendas. También alentó a la industria peruana, limitando las importaciones.
Estas reformas sociales y económicas realizaron un cambio sin precedentes en el país, las clases trabajadoras consiguieron un reconocimiento que nunca habían tenido.
El 29 de agosto de 1975, el general de división EP Francisco Morales Bermúdez hizo otro golpe de Estado y depuso a Juan Velasco Alvarado, quien murió el 24 de diciembre de 1977.
El terremoto que azotó en la región Ancash el domingo, 31 de mayo de 1970, a las 15:23, es uno de los peores sismos que hayan azotado al Perú. Su epicentro se halló frente a las costas de las ciudades de Casma y Chimbote, en el Océano Pacífico. Su magnitud fue de 7,8 grados en la escala de Richter y alcanzó una intensidad de hasta X y XI grados en la escala de Mercalli.
Las muertes se calcularon en 80.000 y hubo aproximadamente de 20.000 desaparecidos. Los heridos hospitalizados se contabilizaron en 143.331. En lugares como Recuay, Aija, Casma, Huarmey, Carhuaz y Chimbote la destrucción de edificios osciló entre 80% y 90%. Se calculó el número de afectados en 3.000.000.
La Carretera Panamericana sufrió graves grietas entre Trujillo y Huarmey, la central hidroeléctrica del Cañón del Pato quedó afectada y la línea férrea que comunicaba Chimbote con el valle del Santa quedó inutilizable en un 60% de su recorrido.
El fuerte y prolongado sismo de 45 segundos, provocó además el desprendimiento de un bloque de nieve y hielo del pico oriental del nevado Huascarán, que produjo un violento alud y el capítulo más amargo de la catástrofe. La ciudad de Yungay y los pequeños pueblos vecinos al distrito de Ranrahirca quedaron desaparecidos.
A raiz del sisma, muchos ancaschinos se trasladaron a la capital en busqueda de recomenzar su vida.
Nace Villa El Salvador
 

27 Abril 1971: invasion a Pamplona (sur de Lima)
El día 27 de Abril 1971 había transcurrido sin ninguna novedad. El cielo Limeño tachonado de estrellas apenas dejaba adivinar que el invierno estaba cerca. Las calles estaban vacías; los últimos bares y cines de la capital cerraban sus puertas y en la Plaza de Armas el reloj de la Catedral marcaba las 11 :57 de la noche. Toda la ciudad parecía descansar ... un nuevo día estaba a punto de llegar.
    De repente y sin el menor aviso, al sur de Lima, ochenta familias armadas con palos y esteras tomaban posesión de las tierras de Pamplona. Para el día 9 de mayo, el número de invasores ascendía a 9.000 familias, cifra que iba en aumento con el transcurrir de las horas ; nadie imaginaba que aquella invasión cambiaría el rumbo a la historia de los pueblos de Cono Sur, dando nacimiento a la ciudad de Villa el Salvador.

28 Abril 1971: primer contacto con la policía
A las 10 de la mañana del día 28, se realizó el primer contacto con la policía; en los días 3 y 4 de Mayo las fuerzas del orden realizaron dos operativos de desalojo sin éxito. Las autoridades decidieron, en su desesperación, de bloquear todos los ingresos al Cono Sur con el objetivo de evitar la llegada de nuevos invasores y de cortar el abastecimiento de agua y alimentos para las familias de Pamplona.

5 de Mayo: el pamplonazo, muere Edilberto Ramos
  Al día siguiente, cuando todo parecía indicar que el caso Pamplona, como así lo llamaban, sería resuelto pacíficamente, a las 4 de la mañana el General Armando Artola, Ministro del Interiór, ordena un nuevo desalojo. Por la tarde la policía se retiró sin haber cumplido su propósito. Oficialmente el saldo trágico del pamplonazo, como así seria recordado este suceso, fue de un muerto (Edilberto Ramos Javier) y 70 heridos, 13 civiles y 57 policías.
    Ya entrada la noche, ante el temor que la policía retorne, los dirigentes decidieron cursar una invitación a Monseñor Bambaren para que acudiera a Pamplona, con el ánimo de apaciguar a los exaltados y demandar cordura. Por su parte el consejo de la parroquia Niño Jesús hizo lo proprio redactando una carta dirigida al Presidente Velasco, protestando por los abusos cometidos por la policía y anunciándole a la vez la realización de una misa en memoria de Edilberto Ramos Javier.

8 de Mayo: son detenidos tres integrantes del consejo de la Parroquia Niño Jesús
    El sábado 8 de mayo, en vísperas de la homilía, se presentaron dos agentes de la PIP en la parroquia Niño Jesús. Su misión era invitar el Padre Carmelo La Mazza -uno de los firmantes de la carta al Presidente- a sostener una reunión con el Prefecto de Lima, a fin de coordinar la homilía, quedando detenido en la prefectura. A las 11:30 de la noche, los otros dos firmantes de la carta, señores Manuel Ruiz y Bernardino Pananá, fueron llevados por la fuerza a la prefectura.

9 de Mayo 1971: Homilía de Monseñor Bambarén
    El Domingo se realizó la homilía. Miles de pobladores se reuniéron para escuchar las palabras de monseñor Bambarén que invitaba a la muchedumbre a que no se consideraran como invasores, sino fundadores de nuevos pueblos.

10 de Mayo 1971: Monseñor Bambarén es detenido
    El lunes 10 de Mayo, mentre el General Velasco se aprestaba a inaugurar la Duodécima Reunión de Gobernadores del BID, monseñor Bambaren era detenido en la Prefectura de Lima por orden del General Armando Artola. Aunque el monseñor Bambaren fue liberado el mismo 10 de Mayo, el caso Pamplona fue un escándalo mayúscolo que obligó el gobierno a tomar cartas en el asunto.

11 de Mayo: Nace Villa El Salvador
    El 11 de Mayo de 1971, luego de una larga y tensa reunión entre pobladores y representantes del ministerio de vivienda, la población finalmente acepta ser reubicada. A las 5 de la tarde del mismo día, el comandante Alejandro de las Casas ordena el traslado de las primeras familias a la Hoyada Baja de la Tablada de Lurín, poniendo a disposición de los pobladores más de 50 camiones del ejército.
... Nace Villa El Salvador.

Desde: "Cuando el desierto se cubrió de gloria" de Cesar Fernandez N. "

El traslado desde Pamplona a las pampas de la Tabladas de Lurin - Nace Villa El Salvador
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